Hicieron un estudio hace años sobre las diferencias entre hombres y mujeres a la hora de aplicar a un puesto de trabajo.
Observaron que las mujeres sólo optaban si cumplían todos los requisitos que se pedían en la oferta, mientras que los hombres con cumplir la mitad se animaban a intentarlo.
Esto es importante.
Años más tarde, una amiga que trabajaba en una gran corporación [empresa joven y moderna, no hablo de empresas dinosaurio ancladas en el siglo XX], me comentó que habían abierto un puesto muy senior y les habían pedido a los trabajadores que aplicasen.
Sólo se habían presentado hombres.
Extrañados, pues conocían de mujeres que eran perfectas candidatas para el puesto, habían ido a hablar con ellas animándolas a presentarse. Y lo hicieron, una vez se lo sugirieron.
Nos preguntábamos mi amiga y yo si no se atrevieron, no se lo creían, o no cumplían el total de la lista de requisitos y se auto-descartaron.
Esto es muy interesante.
Trágico, pero interesante.
Para empezar, si tuviera que poner una oferta de empleo de nuevo, pediría menos cosas, no sea que me deje a la mitad de aplicantes por el camino.
Porque lo que buscan los que quieren contratar es sobre todo a una persona resolutiva capaz de solucionar problemas. El resto de puede enseñar. Y resolver problemas se nos da muy bien a las mujeres. Somos expertas. Masters, si quieres, tan de moda ahora.
Y este enfoque se extiende al ámbito personal.
Las dicotomías. O cumplo la lista completa de lo que he decidido que es una buena madre o no estoy satisfecha. La autoexigencia desmedida. La tiranía del perfeccionismo.
Mis clientas quieren tener las cosas controladas, no olvidarse de cosas importantes, manteniendo un ambiente tranquilo, sin perder los nervios con los niños ni quemarse en el camino.
Y eso trabajamos.
Pero con la mentalidad de los hombres ante un puesto de trabajo. Es la única manera de jugar a esto de ser madres trabajadoras.
Mujerdristas es un programa de organización y gestión del tiempo que tiene cuyo último objetivo aumentar tu confianza y desarrollar una relación sana contigo misma.
Porque marcarte un plan y llevar a cabo lo que te propones, honrar tu palabra y tomar en serio tus compromisos, es una cuestión de saber planificar y gestionar tu mente y emociones en el momento, sí, pero es, ante todo, una elección de quien quieres ser para ti y qué le quieres dejar a tu yo futuro.
Feliz día
Ana
P.D. 11 de febrero, Dia de la Mujer en la ciencia.